YA EMPIEZA EL OTOÑO, MÁS NOVEDADES!!

¡GUAU GUAU AMIGUITOS!

Arf, arf, me moría de ganas de que mami se pusiera al teclado... ¡tenemos taaaaaantas novedades!


Dexter en su nuevo hogar

La que más ilusión me hace es que Dexter, mi hermanito bretón de 3 años ¡está colocado! a lo mejor es el principio y podemos empezar a encontrarles casita a los bretones, a los que nadie quiere y también a los perrines negros que también tienen poco éxito.
También se ha marchado ya Gloty el precioso perro que vivió 8 años en la puerta de su casa esperando en vano que su dueño fallecido regresara, como el famoso Hachiko, solo que aqui en vez de causar admiración causaba indiferencia.
Y también ha llegado otro gatito!! este verano han entrado tres, la que  encontramos en el pajar recién nacida, Lily, la pequeña guerrera Xena a la que lanzaron entre los perros por encima de la valla con solo un mesecito, y ahora Baloo un precioso y mimoso rubito de un mes que encontraron mis hermanitos humanos mientras estaban rescatando a una oveja (que ahora os ampliará Martini).
Si viérais el piso de arriba... en la cama duermen dos humanos, mi hermano Aldo y su novia, la Princesa de los Gatos,  y 6 felinos de distintas edades, pero casi todos jóvenes pues es la Nursery y aunque después algunos se independizan y se van al comedor o al resto de la casa,  hay muchos abonados a la cama... son lo más vago que he visto, ahora bien, están muchiiiismo más relajados que nosotros.
Y voy a pasaros a Martini, que tiene muuuuuuchas cosas que contaros, ¡un lametón a todos!

Muuuus amigos, pues si, por fin tengo algo bonito para contar, ¡¡¡tengo una nueva ahijada!!!  uf, un momento, empezaré por el principio, el pasado 6 de Septiembre, nos pedían ayuda urgente para una oveja abandonada, que estaba caida en un barranco y a la cual el pastor, pese a estar avisado desde el dia anterior no había recogido.

Maya al llegar, flaca y embarazadisima

Aldo, el hijo de la jefa que ahora es quién se ocupa de darnos la comida, salía al rescate con su novia, y al poco llegaban sanos y salvos con la oveja en cuestión y con un pequeño gatito que estaba casualmente abandonado en el mismo sitio. La oveja estaba hecha un verdadero desastre embarazadisima, flaca, herniada y enferma, pero por suerte con la mirada muy viva y muchas ganas de vivir la vida un poquito; y el gatito, aferrado al pecho de Cristina, ya estaba claro que se iba a la nursery del piso de arriba.
La oveja, a la que la jefa bautizó como Maya, en parte en un guiño a la famosa serie de dibujos "La abeja Maya" y que ahora cambiabamos por "oveja Maya"  y también por parecerse al nombre del pueblo donde fue rescatada, se puso de parto a la mañana siguiente de madrugada, yo olí el asunto y dí unos mugidos de aviso, pues el olor de un parto es muy particular, no es a sangre como podría pensarse en un primer momento, sino a mar y a vida, y la jefa no tardó en bajar, pero por más vueltas que daba no encontraba a ningún corderito.
Fueron momentos de tensión, Maya estaba desprendiéndose aún de la placenta y la arrastraba trás de sí como una serpentina macabra, pero ¿donde estaba el bebé? la jefa recorrió angustiada la riera , buscando rastros de sangre, imaginándose lo peor, que algún zorro o perro se había llevado a la cría neonata, pero no había nada.... volvió sobre sus pasos y de repente lo encontró, frío y seco, parcialmente tapado por paja en un rincón del pajar... ¡pero vivo!  y con él en brazos, vista la indiferencia absoluta de Maya, subía con el corazón en un puño como una exhalación las escaleras para pedir socorro al veterinario.
 Las respuestas de este eran desalentadoras, si la madre no lo quería, algo iba muy mal, y si no mamaba calostro en las primeras horas, moriría sin remedio. ¡Calostro! ¿de donde rayos sacas calostro? la jefa empezó a llamar a todos los conocidos de la zona que pudieran tener cabras u ovejas y mientras tanto, el corderito pegado a su corazón se iba reanimando,  de repente oíamos voces... ¡la oveja estaba pariendo otro bebé!, esta vez lo recogían inmediatamente y continuabamos la busca desesperada.
Un  buen amigo nos daba la alegría de traernos un litro de calostro, había encontrado un pastor con cabras a punto de parir y mientras preparaban el primer biberón decidían la jefa y la esposa de este buen samaritano  repartirse la tarea de los biberones y llevarse ellos al primer corderito en acogida.
Cuando todo se calmó un poco averiguamos que Maya no tenía ni una gota de leche, por eso había abandonado a sus crías, les había lamido solo la carita, quizás para ayudarlas a respirar, y quizás también para despedirse de ellas, pues aún no sabía que donde estaba ahora ibamos a luchar a muerte por salvarlas, ella pensaba que sus crías estaban condenadas, y por eso había decidido que lo mejor era que la naturaleza siguiera su cruel curso y que poco a poco la debilidad se las llevara de este mundo tan indiferente hacia su sufrimiento.
Pero no, la jefa y su equipo de buenas personas estaba en plena marcha. Me he reido mucho estos dias viendo bajar a la jefa a las doce de la noche cargada con los dos biberones que se zampaba la nena, y oyéndola canturrear nanas absurdas... y volvíendola a ver a las 6 de la madrugada  con los ojos hinchados y las manos temblando y derramando gotitas de leche de los biberones por la tiritera del frío y la destemplanza de andar a esas horas por el mundo...
La mamá , en cuanto vió que su hijita no iba a morir, recuperó inmediatamente el instinto maternal, y la defiende de los perros que están muy interesados en olisquearla y babearla.

Maya y su hijita, Vedette.

Y han ido pasando los dias... cuando cumplió una semana la bautizamos, se llama Vedette (Beedette) en su idioma, por lo preciosa que es, por su desparpajo al moverse moviendo airosamente la colita y porque ahora mismo es la atracción del Molino, je je je .
Ahora, esta nena y su hermanito al que han bautizado Brutus porque está hecho un machote, son una luz de esperanza, nos ayudarán a olvidar los durisimos momentos que hemos pasado, y junto a su mami tendrán una vida digna, como individuos libres y con plenos derechos.


Os deseamos a todos un feliz otoño, ¡un lametazo bien baboso, amigos!